jueves, 29 de octubre de 2009

29 de octubre


Se asomó por la ventana y vió la figura espigada de Marissa marcharse hacia el norte. Gritó, pero a aquella distancia ya no podía escucharla y se apoyó en el alféizar esperando que se girase para al menos poder despedirse.

Ella lo hacía todo igual. Tal cual llegaba de repente como se marchaba en el momento que menos te lo esperabas.

Solamente le quedaba esperar la llamada de rigor.


¡¡Ring, ring!!


( Me he ido ya mamá. No me busques. )

miércoles, 21 de octubre de 2009

21 de octubre


bum, bum, bum, bum, bum...


¿Lo escuchas?
Es el mío...

lunes, 12 de octubre de 2009

12 de octubre


Abrió el periódico por el final, como de costumbre. No era una persona a la que le gustase hacer las cosas de manera estipulada. Cogió el café y bebió un sorbo. Estaba caliente, negro y amargo. No le gustaba endulzar las cosas ni las situaciones y el café no tenía azúcar. Y miró al techo y sintió que se le escapaba la vida por la puerta. (Se había olvidado de cerrarla)

Todas las mañanas hacía exactamente lo mismo, y todavía no se había dado cuenta de que no era tan distinto al resto. Pipp lloraba por la vida que se le iba. Y Casandra seguía en su casa sola. Y fuera empezó a llover.

jueves, 24 de septiembre de 2009

24 de septiembre




No te acerques, me quemas. Me quemas tanto que me cuesta respirar y no me gusta. Me gusta cuando no estás, porque me gusta tener la sensación de que no te echo de menos. Pero no aparezcas porque ya no estoy. Me quemabas, ahora ni siquiera siento frío. He ganado.

martes, 22 de septiembre de 2009

22 de septiembre


Anna conoció a Andrés la noche que Marina dejó a Don. Al mismo tiempo, Don se cruzó con Marissa, que venía de acostarse con Pipp (que regresaba junto a Casandra, que lo esperaba con la luz de la mesilla de noche encendida, para que al apagarla le diese un beso de buenas noches) y la luz de las farolas le recordó que quizás Isabella estaba sola en casa, y que Andrés llegaría tarde.

jueves, 17 de septiembre de 2009

17 de septiembre


Deja de hacerte la dura. Tarde o temprano iba a empezar a latir de nuevo.

sábado, 29 de agosto de 2009

29 de agosto


"Te seguiría por el frío,
por el calor,
te seguiría por el desierto.

Te seguiría bajo la lluvia,
bajo la nieve,
despierto, dormido.

Te seguiría por cualquier ciudad,
por carreteras escondidas,
por caminos perdidos,
por ríos rotos o por mares infinitos.

Viviría contigo en las calles,
moriría contigo en cualquier sitio.

Pero no me pidas, por favor, no me lo pidas.
No me pidas que escale hasta el cielo,
tan alto no llego.
Pipp."
Y así Casandra buscó una escalera. Aunque el cielo estuviese tan alto alguna manera habría de alcanzarlo.


miércoles, 12 de agosto de 2009

13 de agosto


Casandra se levantaba temprano de la cama. Iba al jardín y recogía unas flores, que dejaba en el jarrón de cristal de la encimera de la cocina. Después salía en camisón a la puerta de la calle y recogía el correo, lo leía con calma en las escaleras de cemento de la entrada y volvía a la cocina a exprimir unas naranjas y beber el zumo con dos cucharaditas de azúcar moreno y tres cubitos de hielo. Se duchaba con calma y dejaba caer las últimas gotas con el grifo del agua caliente completamente cerrado, porque la fría la ayudaba a despejarse. Se secaba, se ponía una toalla en el pelo y se embadurnaba de crema de frambuesas, esa que dejaba un olor muy suave en una piel que también se quedaba muy suave. Así, desnuda y descalza, iba al armario de madera blanca y cogía un camisón limpio. Se lo ponía y volvía a la cama un rato más con Pipp. Pero siempre pasaba lo mismo, la cama seguía tan fría y tan vacía como cuando se iba al jardín. Y Casandra se encogía, se hacía diminuta y dejaba pasar un tiempo, por si acaso.

domingo, 9 de agosto de 2009

9 de agosto


- Vamos a los columpios cuando atardezca hoy.
- Marissa, deja de decir tonterías. No quiero perder el tiempo.
- Ese es el problema. Que no te das cuenta de que es tiempo ganado, no perdido.

domingo, 2 de agosto de 2009

2 de agosto


- No te preocupes, el tiempo dirá en dónde nos tocará encontrarnos.



.

domingo, 28 de junio de 2009

29 de julio


-Quizás haya llegado el momento de admitir que todo esto ha sido una pérdida de tiempo. Me vuelvo a París, Álvaro.
-Sofía, estamos en París.
-Lo sé. Pero yo hablo del París en el que no estamos ni tú ni yo. No hablo del París cuyas noches son interminables, donde no corren las horas y los campos de marte están vacíos para ti y para mí. No hablo del París que tiene mil y un escondites clandestinos, que nos sigue el juego y nos hace pensar que vivimos en un sueño. Quiero dejar de fumar Álvaro. Empezar a salir a correr por las mañanas cuando el aire aún está frío en pleno mes de julio. Quiero comprar el periódico y leerlo delante de una taza de café mientras el resto del mundo todavía duerme. Quiero sentir que en esta ciudad estoy rodeada de gente. Quiero que esto deje de ser un tú y yo.

Álvaro sorbió el té que quedaba en la taza mientras la puerta del café tintineaba al salir Sofía. Cerró los ojos e intentó mantener el calor del último abrazo que se habían dado. Y tuvo la extraña sensación de que no sería el último.

Aunque puede que solo fuese un anhelo.

martes, 9 de junio de 2009

9 de junio


"Estabas sentada a mi lado, mientras esperaba que mi día fuese un día normal de biblioteca, reolviendo teoremas de Bernouilli. No sé qué ha sido, porque no tengo ni idea en absoluto de quién eres, pero creo que a partir de este momento no puedo vivir sin volver a verte"

Y fue esa misteriosa nota escrita en lápiz en su libreta la que cambió por completo el día de L.

miércoles, 3 de junio de 2009

3 de junio


-No me hagas fotos...

-¿Por qué?

-Una foto no es más que un recuerdo en un trozo de papel brillante.

-Pero te recuerda lo que has vivido. Te recuerda el tiempo que tuviste, y que no vas a volver a repetir. Quizás mañana no podamos hacernos una foto, o quizás sí, pero nunca volverá a repetirse este momento, este preciso instante. Entonces habremos perdido la oportunidad de hacernos eternos.


¡CLICK!


jueves, 28 de mayo de 2009

29 de mayo


-Recuerdo lo ásperas que tenías las manos, porque te empeñabas en arreglar el jardín sin guantes; decías que adorabas el tacto de la tierra fría.
Me acuerdo perfectamente de lo mucho que te gustaba sentarte en la mesa de la cocina, en los días de sol, con un plato de cerezas. Te encantaba creer que por un momento, el día te pertenecía.

Y también recuerdo, que el día que murió la abuela me abrazaste sin decir nada y me llevaste fuera para que la gente no me viese llorar.


- Coge una silla, creo que todavía me quedan algunas cerezas.

sábado, 9 de mayo de 2009

9 de mayo


Cogiéndola por detrás e inspirando profundamente le dijo:

-No podría vivir sin tu olor a lavanda en el pelo. Creo que es el olor más común del mundo, pero cada vez que lo huelo solo puedo pensar en que no podría levantarme por las mañanas sin sentirlo.

miércoles, 6 de mayo de 2009

6 de mayo


Se acercó al estante lleno de frascos de colores e intentó coger alguno, pero parecían siempre demasiado lejos. La oscuridad de la fría habitación hacía que los frascos emitiesen la única luz que se percibía. No sabía cómo había llegado hasta allí, y eso le preocupaba, pero en aquel lugar le parecía que Cronos había detenido las manecillas del reloj.

- Son recuerdos.- dijo una voz en su espalda, profunda y grave, y un escalofrío le recorrió toda la médula espinal mientras una especia de calor se cernía sobre su espalda- Siempre están ahí, cuando quieres acudir a ellos, pero nunca puedes cogerlos, porque el tiempo los ha dejado atrás. Los hay de muchos colores, según la intensidad de lo vivido. ¿Ves ese verde que resalta sobre los otros verdes? Es un recuerdo ágil, brillante, nítido. Es una noche en la playa contando estrellas, o una última página de un libro que nunca querrías que terminase. Es el rubor de una sonrisa inesperada, el calor de un aliento en tu nuca. Es el color que enmarcó el nacimiento de un primer hijo, o el primer beso debajo del paraguas.

Calló un momento y Marissa sintió que el frío volvía a acariciarle la piel.

sábado, 2 de mayo de 2009

2 de mayo


-Eres increíble Sam.


Y mientras, Sam seguía girando, y moviéndose sinuosamente, como una serpiente. Parecía un torbellino, y su piel, dorada, prácticamente brillaba. Sus delgados brazos parecían quebrarse con cada movimiento y el viento le agitaba el pelo, ocultando su rostro de duende.


-¿Puedes parar y escucharme? ¿Qué quieres? ¿que siga gritando? ¿que siga tratándote como a una niña? ¿que deje que hagas y deshagas a tu antojo? Estoy harta Sam, harta. Harta de que desde que nos quedamos solas sea yo la que haya tenido que adoptar la figura de la madurez mientras tú sigues como si no hubiese pasado nada. Harta de matarme día y noche y que ni siquiera me lo agradezcas.- y las lágrimas, de sabor salado que recorrían sus mejillas color pomelo, pararon su discurso. Se calló y observó a Sam, que había dejado de bailar durante un momento. Los labios le temblaban, de rabia y de angustia, pero a su hermana no parecía llamarle la atención.


-¿Sabes qué? Si tan HARTA estás márchate.


Y sonriendo con suficiencia volvió a girar, al ritmo de las olas que rompían a pocos metros de ellas.

viernes, 17 de abril de 2009

17 de abril


Hemos empezado por el final.
Ahora ya no hay forma de volver al principio.

miércoles, 1 de abril de 2009

5 de abril


Después de mil meteduras de pata, de haberse echado todo en cara, de gritos, llantos, discusiones a altas horas de la madrugada (de esas en las que todos pierden), desesperación, lamentos y lamentaciones, perdones perdidos y agua fría en una ducha que no aclaraba absolutamente ninguna idea; decidió hacerlo, se puso delante del espejo y rompió contra él a golpes. La sangre se le escurría entre los dedos, y los añicos de cristal se deshacían contra el suelo de teca de Panamá, pero ¿qué importaba? Al final no todas las historias tenían un final feliz. Eso era mentira. Y la suya no era una excepción. Y la culpa no era de alguien a quien pudiese gritar, con quien pudiese desesperarse, o a quien perdonar. Había sido eso, que ella había creado en sí misma y que se reflejaba en el espejo, lo que la había destrozado.


Y ahora estaba ROTA. En mil pedazos.

1 de abril


Volvió la vista atrás viendo cómo la casa iba alejándose cada vez más deprisa del coche. Parece irónico, pero cuantas más ganas tienes de llegar a un lugar, más largo se te hace el viaje, en cambio, cuando solo deseas permanecer allí, aferrándote a lo que más quieres, la despedida llega demasiado pronto.


Y perdiéndose en el horizonte, quedaba ya la vieja casona. Se giró y volvió a mirar la empedrada carretera y el camino que la llevaba a "alguna parte". Suspiró entrecortadamente por culpa del incesante traqueteo de jeep, quién sabe si alguna vez volvería.

domingo, 22 de marzo de 2009

22 de marzo


"Instrucciones de uso:

1. Cógela suavemente de la mano, cuando creas que sus ojos del color del abedul brillen lo suficiente.

2. Considera cada una de sus sonrisas como la más sincera. Recuérdala para hacer que la vuelva a dibujar con los labios cuando no pueda más.

3. Guarda su corazón, rojo como nunca creíste que lo tendría, bajo tus costillas, dentro de tus entrañas. Haz que sea algo tuyo, y si no lo consigues, déjalo volar, de nuevo.

4. Impréganate de su olor de jazmín, penetrante y único. No olvides que nunca encontrarás una fragancia parecida y que cada vez que ella no esté, si percibes una nota de ese olor, a tus ojos irán siempre su cuello y sus muñecas.

5. Quinto y nunca menos importante. Jamás olvides que es y será siempre tuya, hasta que decida lo contrario. De ser así, has de dejarla marchar. Nunca te ha prometido quedarse hasta el final. Perpetúa los buenos recuerdos y sigue con tu vida.


Marissa"


domingo, 15 de marzo de 2009

15 de marzo


-No aguanto más esto. Necesito encontrar el camino y desde hace tiempo sospecho que se encuentra bajo las aguas. Aunque parezca desesperación pura e incluso una quimera deseada que se desvanece, necesito buscar. Hay algo que tira de mí. Bajo el agua.

Fue entonces cuando Alice se sumergió en el lago, empapando su pelo negro y su vestido azul cielo, que mientras se hundía se iba degradando hasta desaparecer entre la turbia corriente. Así, cogiendo aire e hinchando sus pulmones, desapareció. Puede que para siempre.

viernes, 6 de marzo de 2009

6 de marzo


Me ahogué en mi aliento
cuando lo contuve al ver que te ibas.

jueves, 26 de febrero de 2009

26 de febrero



Al entrar por la puerta y cerrarla Nadia tuvo la sensación de que había alguien justo detrás de aquel portazo y fue a abrirla siguiendo un impulso irremediable mientras echaba a correr en dirección al muro de detrás. Y sí, allí estaba.


- ¿Te quedas a cenar?


- Me quedaré toda la vida, si me dejas.

sábado, 21 de febrero de 2009

23 de febrero




"Un día, cuando llegaste creí quererte, pero me arrepentí al ver que me estaba dividiendo mi vida en dos (tu parte y la mía, que al final era una sola) y te dije que te fueras. Casi me parece que era hoy aquella tarde y dentro, muy dentro siento cómo que me falta el aire. Si vuelves no llames a la puerta, empújala suave, y siempre ha estado abierta por si volvías."


Anna levantó los ojos del papel y lo arrugó. No, todavía no era el momento de volver.


viernes, 20 de febrero de 2009

20 de febrero


Cuando Marissa se dió la vuelta y comenzó a caminar en dirección contraria a la de Pete tuvo la intuición de que no era un final cerrado. Por mucho que tuviese la sensación de que una angustia extraña le aprisionaba el pecho.

Y un recuerdo le volvió a la cabeza y le inundó el corazón, las ganas y el alma.

Y entonces comenzó a correr.

Si el recuerdo persistía, llegaría más rápido...

martes, 10 de febrero de 2009

10 de febrero




- No quiero hablar más, estoy harto de promesas y expectativas que no se cumplen, no quiero estar aquí sabiendo que mientras el mundo parece pararse mientras estamos juntos tú sigues pensando en ella. Me parece que ha llegado el momento de bajarnos, ésta es la estación.


- No, no, Pete estoy aquí, estoy contigo, te quiero.- dijo en un intento desesperado de arreglar la conversación. Se acercó y volvió a besarlo mientras el sol se colaba entre ellos.


Se apartó para mirarlo dándose cuenta de que ni ella mismo sabía lo que quería.


- Pete yo... Lo siento.- y girándose comenzó a caminar en dirección al norte. Decían que allí hacía frío. Y quizás el frío le ayudase a encontrarse.

domingo, 8 de febrero de 2009

8 de febrero


- Desde que nacemos contamos absolutamente todo.
Las horas.
Los minutos.
Los segundos.
Actuamos en una obra que resta instantes, en lugar de añadirlos.
Soñamos, pensamos, corremos. Respiramos. Amamos.
Nos aferramos a momentos que intentamos eternizar, sin darnos cuenta de que esos momentos ya son eternos. Tú eres eterno


- Las cosas no duran para siempre, Susan


- Hay algunas que sí.

viernes, 6 de febrero de 2009

6 de febrero

- Tú crees que no, pero ya nos habíamos encontrado antes, en un lugar al cual no puedes ir caminando. Ni volando. Nunca te había visto, ni siquiera había hablado con alguien a quien pudieses parecerte. Es esa luz que desprendes a la que ya conocía...



Amanda se encogió en el asiento del coche y miró hacia otro lado. Por un momento, por primera vez en su vida, no fue capaz de encontrar una respuesta.

miércoles, 4 de febrero de 2009

5 de febrero

Ella era excesivamente inocente como para darse cuenta de que la gente pensaba que perdía el tiempo. Quién sabe si lo hacía...

Un, dos, tres...

A veces la vida nos pasa como un cuentagotas.

(Por si pasa demasiado rápido déjala contar los lunares de tu espalda)


(ylm-spain, gracias por la confianza)


4 de febrero


Las gotas de lluvia golpeaban el cristal.

Pero dentro no llovía.

Dentro hacía tiempo que había dejado de llover.

Puede que ya tuviese seco el corazón.

Aunque eso no podía saberlo.

martes, 3 de febrero de 2009

3 de febrero

Hoy soñé contigo. Viajábamos en una nube y teníamos el mundo a nuestros pies. Vivíamos. No había nada que nos frenase.

Pero cuando me desperté ya no estabas.

Mi cama estaba vacía.

No sé si te fuiste,

o si nunca has existido.

lunes, 2 de febrero de 2009

2 de febrero







Muérdete la lengua hasta sangrar.
Cierra los ojos con fuerza, hasta que te duela.
Llora, grita, rómpete en mil.
Aprieta los puños.
Deshazte.
Pero no,
no lo digas.
No digas que esto es un final.



sábado, 31 de enero de 2009

1 de febrero


Cuando la chica se inclinó, una fragancia cara impregnó el ambiente. Era el aroma más dulzón que había olido en su vida, pero esa mezcla de almizcle y rosas con el largo cabello rojizo hacían que Hubert no pudiese quitar la vista de la joven que acababa de entrar en el café.

-¿Me pones un café?

-Hum...

-¿Hola?¿Podrías ponerme un café? Corto, con mucha leche.

-Sí, claro.


...


-Gracias. Oye, ¿tengo algo en la cara?

-¿Perdón? No, no, no he creído que me hablabas.

-Es la primera vez que alguien intenta coquetear conmigo de una manera tan sumamente torpe. ¿Quieres sentarte?



Y en ese momento Hubert no entendió qué significaba lo que le recorría la columna vertebral. Pero se parecía a la sensación que Gene Kelly tenía en "Cantando bajo la lluvia". Y sin saber qué le empujaba a hacerlo, se sentó. Y dejó que pasase.

jueves, 29 de enero de 2009

29 de enero


- Y aquí nos quedamos, dejando que fluya el aire. Dejando que pasen las horas.

Sintiendo el tiempo que nos une, y finjiendo que nada nos separa.

Susúrrame que esta sensación va a durar. Que no es efímera. Que yo no soy una más.

Dime que me esperarás, que lo harás, dime que por mucho daño que te haga o por mucho que esto nos contamine, no dejarás de pensar que ha ocurrido. Que un día, algo nos unió.

No dejes que nadie te diga que no te quise, que no me preocupé por ti.

Sabes muchas cosas de lo que he sido, de lo que fui contigo. Sabes que aunque parezca que los minutos pasan con parsimonia, nunca los vivirás igual que ahora. No dejes que te duelan.

Recuerda que te quiero. Recuérdame así. Recuérdalo. Que mi último aliento es tuyo.

Y de pronto, la máquina pitó, mientras el pecho de Carla se encogía y la congoja presionaba el de Sam. Ya estaba. Y él no le había dicho adiós.



miércoles, 28 de enero de 2009

28 de enero


- Solo ha sido un beso...

- Ha sido más que eso.

- Tiene 15 años.

- Pero la quiero, la quiero conmigo.

- Tú no la quieres, esto es OB-SE-SI-VO, Aaron.


Aaron debatía consigo mismo lo que acababa de hacer. Era cierto, Emma lo desconcertaba, rompía todos sus esquemas en mil piezas. Entró en su vida de casualidad destrozando con una ligereza supina todo lo que encontraba. Su gracilidad y su delicadeza eran algo fuera de lo común. No había visto nunca nada parecido. La amaba. O eso creía él. Quizás, a sus 35 años, no sabía todavía que era amar, pero eso se le parecía. Soñaba todas las noches con el tacto de porcelana de su piel y su olor a frambuesas. Y su sabor a frambuesas. Lo ataba, lo desataba, hacía todo lo que quería con él, y ella lo sabía. Y tenía que acabarse. No podía ser. No debía ser.

Aaron dirigió su vista al ventanal que daba al jardín y la vió allí, sentada, con un vestido corto que dejaba al descubierto sus largas piernas. Y suspiró, no podía evitarlo. Se levantó y bajó corriendo a trompicones a buscarla.

lunes, 26 de enero de 2009

26 de enero


Sonríe por las sábanas que se te enredan entre los pies.

Sonríe por el olor del café recién hecho, humeante.

Sonríe porque el viento desordena tu pelo, que te acaricia la frente.

Sonríe por sentir cosquillas en el estómago.

Sonríe por lo que eres.

Por lo que fuiste.

Por lo que serás.

viernes, 23 de enero de 2009

24 de enero


Cerró los ojos mientras dejaba caer unas lágrimas. Era cierto. No habría más noches interminables. Tampoco paseos por el puerto. Ni cafés en un bar. Se acabó no contar el tiempo. Y los besos furtivos.

El amor se había terminado. Y entonces no le quedaba nada.

martes, 20 de enero de 2009

20 de enero


- Nos vamos.


- ¿Qué?


- Da igual, coge tu maleta, llénala de lo menos posible y vámonos.


- ¿Pero a dónde?


- ¿Qué más da eso? Vamos a buscar un lugar en el que no hagamos nada. Vamos a la playa desde que amanece hasta que necesites abrigarte. Vamos a mojarnos cuando llueve a la plaza más grande de cualquier ciudad, lejos de donde podamos resguardarnos. Vamos a correr por una calle abarrotada de gente. Vamos a caernos rendidos y dormir en el asiento más raído de algún viejo tren. A perdernos en el metro de Nueva York, ¿qué importa a dónde?


- ¿Nueva York? ¿Vamos a cruzar el Atlántico?


- Da igual, tenemos todo el tiempo del mundo

domingo, 18 de enero de 2009

18 de enero


Y dejo caer el agua de la ducha sobre mi cara, y empiezo a notar cómo me pesa el pelo, empapado.

A veces me da la impresión de que las cosas se piensan mejor en la ducha. No sé si es porque con el vapor fluyen más rápidamente las sensaciones. O los pensamientos.


Solo sé que me dejé caer. No aguanté con el peso del agua. O del remordimieto. Y me deshice. Me desintegré en pequeñas gotas que caen de un grifo. Y mientras sentía como salía de mí mi última esencia me sentí viva de nuevo. Y quise volver. Pero a veces, rehacer lo deshecho no es posible. O factible. O correcto.

Ya me había ido. ¿Para qué regresar?

viernes, 16 de enero de 2009

16 de enero


Humo y ruido se mezclaban en aquel lugar. La barra, pegajosa, estaba iluminada por luces rojas que palpitaban mientras consumían sus últimos días de vida. El alcohol, la música insinuante, las caderas que bailaban contoneándose encima de un escenario de madera y las figuras borrosas que se mezclaban detrás de unas cortinas no añadían más que un cierto aire de erotismo vulgar a un lugar que ya de por sí inspiraba cierto tono de desolación.

Una camarera mayor, de esmalte de uñas desconchado, carmín barato y pelo sujeto en mil horquillas, que intentaban darle un aire de vieja dama, encendía un cigarro en el otro extremo del local, mientras observaba a las jovencitas de dudosa reputación parlotear con cierta gracia con clientes que no buscaban en ellas otra cosa que no fuese un contacto, un toqueteo lascivo, cuyas ganas se dibujaban en las caras con muecas de deseo.

Sí, las noches siempre eran largas en el "Lapin", todo París lo sabía.

martes, 13 de enero de 2009

13 de enero



La luz entraba con suavidad en la habitación y Lilly abrió los ojos lentamente. Sonrió al observar que él estaba ahí, todavía durmiedo, con una respiración constante, y su pecho moviéndose ligeramente con cada respiración. La piel, cremosa y suave, dibujaba líneas en sus hombros, a los que no llegaban a cubrir las sábanas, y en un movimiento inconsciente su mano buscó la de ella. Ella se dejó coger y se acercó a él, con cuidado, para no despertarlo, y se acurrucó junto a su cuello, llenándose de su olor, de esa fragancia cálida que parecía que llevaba impresa en la piel y dejó caer un beso en sobre una de sus clavículas.
Paul abrió despacio los ojos y los clavó en los de ella, mientras suspiró:


-Me ha encantado.

-¿El qué?

-...

-¿Qué te ha encantado?

-Despertarme contigo.
Lilly sonrió con ligereza y giró sobre su costado dejando, coquetamente, caer los rayos de sol sobre su espalda.

13 de enero


Mirando atrás se quedan los cuadernos Rubio, el mundo de las letras, sumar con los dedos, aprender a multiplicar repitiendo las tablas, ...
Y parece que también se queda la infancia. Oliver y Benji, castillos de arena, coger flores en la calle, cruzar siempre en verde, doblar con cuidado la ropa de las Barbies, ir al cine a ver los estrenos de Disney, soñar despierta, ilusionarte al ver nacer los gusanos de seda en una caja de zapatos, maquillarte con las pinturas de tu madre, pasarte tarde desfilando con la ropa "de mayor", subirte a unos tacones vertiginosos...Pero algunos parece que no cambiamos. Ojalá siempre quede un poco de inocencia

sábado, 10 de enero de 2009

10 de enero



Miró hacia el cielo y el gris le inundó los ojos. Se dejó acariciar por última vez por la suave brisa que llegaba de ningua parte y bajando la cabeza escuchó el chirrido de un tren que se acercaba, como advirtiendo con su ruido el final de una agonía. Anne hizo un mohín y se inclinó para recoger las maletas cuando un leve sollozo la distrajo levemente. A su derecha, dos amantes se despedían con tristeza. Ella se dejaba caer en los brazos de él, que la sostenía con suavidad. Parecía una de esas películas americanas que tanto proyectaban en los cines de la pequeña Plaza Mayor. Anne sacudió la cabeza, y cogiendo su equipaje se dispuso a subir al tren. Esta vez ya no había marcha atrás. Y mientras la vieja locomotora arrancaba decidió no mirar atrás, olvidar el paisaje que se iba diluyendo en los ventanucos de su vagón. Y con tristeza suspiró, finalmente sabía que por muy lejos que se marchase, el pasado siempre volvía a ella, y dejándose caer sobre su asiento cerró los ojos y cruzó los dedos. Quizás, esta vez no sería como las anteriores.









miércoles, 7 de enero de 2009

7 de enero


Un hola. Una caricia. Una mirada. Un escalofrío. Un beso. Dos cuerpos. Calor. Segundos. Aire. Aliento. Carne. Huesos.

Y el tiempo, el tiempo. Se nos va en versos.

martes, 6 de enero de 2009

6 de enero


Respiro, inspiro. Expiro.

Te absorvo, te observo. Me encuentro.

Siento, escucho. Veo

Vivo, espero (desespero). Creo.