
Volvió la vista atrás viendo cómo la casa iba alejándose cada vez más deprisa del coche. Parece irónico, pero cuantas más ganas tienes de llegar a un lugar, más largo se te hace el viaje, en cambio, cuando solo deseas permanecer allí, aferrándote a lo que más quieres, la despedida llega demasiado pronto.
Y perdiéndose en el horizonte, quedaba ya la vieja casona. Se giró y volvió a mirar la empedrada carretera y el camino que la llevaba a "alguna parte". Suspiró entrecortadamente por culpa del incesante traqueteo de jeep, quién sabe si alguna vez volvería.
9 comentarios:
Vaya días maravillosos debió pasar en esa vieja casona. Esperando volver cuanto antes.
Tal vez te cuesta dejar atrás todos esos recuerdos, pero al final eso son, recuerdos. Y hay que seguir adelante.
Pero claro, siempre queda la posivilidad de volver
un beso :)
Tengo miedo de eso.. siento que eso me sucederá cuando decida irme de mi casa...
Y como odias que llegue el momento del final de esos grandes días y recuerdos. Espero que vuelva a la casona.
Me gustan mucho los microrrelatos, y me ha encantado el tuyo. He llegado hasta tí a través de un comentario tuyo al blog "Meriéndate mis ganas de llorar"
En este enlace te aparece la licencia creative commons:
http://creativecommons.org/license/results-one?license_code=by&jurisdiction=-&version=3.0
Un saludo (mi blog es de acceso no libre, con que me envíes un mail solicitando entrar, accedes)
inevitablemente se volvera..
Volvería, aunque tardara años y se sintiera diferente. Volvería y la casa seguiría estando allí, como antaño.
un miau en un tranvía pequeñito
los buenos momentos siempre van más rápido, y las despedidas o son lentas, y duelen; o son rápidas y duelen más aún.
que se quede con los recuerdos, con los bonitos.
:) besazoo
Te he nominado a un premio,pásate por mi blog =)
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