jueves, 28 de mayo de 2009

29 de mayo


-Recuerdo lo ásperas que tenías las manos, porque te empeñabas en arreglar el jardín sin guantes; decías que adorabas el tacto de la tierra fría.
Me acuerdo perfectamente de lo mucho que te gustaba sentarte en la mesa de la cocina, en los días de sol, con un plato de cerezas. Te encantaba creer que por un momento, el día te pertenecía.

Y también recuerdo, que el día que murió la abuela me abrazaste sin decir nada y me llevaste fuera para que la gente no me viese llorar.


- Coge una silla, creo que todavía me quedan algunas cerezas.

4 comentarios:

Miss Lovely Things dijo...

Wellcome
Bienvenues
Willkommen
Bienvenidos
http://misslovelythings.blogspot.com/

YLM-SPAIN dijo...

Que buenas son las cerezas...

Camaleona dijo...

Es que la mejor forma de alejar las lágrimas es hacer justo cualquier cosa que no tenga nada que ver con apagar el llanto.

Albademadrugada dijo...

siempre, siempre me haces sonreír joder...
un abrazo ahogadooor bonitaaa :)